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Muralla cristiana calle Almendro 3

Intervención para convertir el espacio en un lugar de gestión mixta entre las AMPAS de los colegios cercanos, las asociaciones de vecinos del barrio y el Ayuntamiento.

Historia

El segundo recinto amurallado con el que contó Madrid fue la denominada muralla cristiana, que comenzó a construirse en época del rey Alfonso VI tras la conquista del Mayrit islámico hacia el 1083. Arqueológicamente su datación se acota entre finales del siglo XI y mediados del siglo XIII. La nueva ciudad de Madrid, ya cristiana, quedaba en la frontera de la Marca Media sometida a diferentes razias y saqueos por parte de las tropas andalusíes; por lo que la construcción de una muralla defensiva fue de carácter urgente. Debido a ello la obra no es unitaria ni coetánea en todo el perímetro, como queda testimoniado en el Fuero de Madrid de 1202. El recinto ocupó unas 35 hectáreas y los muros se realizaron mediante grandes lienzos de mampostería de sílex y caliza. Parte del material utilizado procedía del reciclaje del primer recinto amurallado del emir Mohamed I. En muchos de sus tramos, la muralla se realizó a dos caras, con relleno de echadizo del mismo material entre argamasa de cal. Escalonados a lo largo del perímetro de la muralla se realizaron una serie de torreones de planta semicircular o ultra semicircular. El recinto, se abría al exterior mediante cuatro puertas albergadas entre cubos de la misma forma. Las puerta de la muralla eran: La puerta de Moros, la puerta de Balnadú, la puerta Cerrada o la de Guadalajara; esta última de mayor envergadura, edificada junto a una gran torre con entrada en recodo entre dos cubos, contaba con distintas estancias, descrita ampliamente por Jerónimo de la  Quintana. La fortificación, que arrancaba desde la puerta de la Vega, se adaptó al abrupto terreno colocándose en altura al pie de las quebradas, utilizando las barranqueras como defensas naturales y en los lugares de pendientes menos abruptas se utilizaron fosos o cavas, de los cuales ha quedado el nombre en el callejero de la Ciudad (Cava Alta, Cava Baja o de san Francisco y Cava de san Miguel). Estos fosos fueron rellenados en 1503, para abrir una nueva vía.

El tramo de muralla y torreón semicircular conservado en la actual calle del Almendro número 3, apareció tras el derribo del edificio que ocupaba el solar en el año 1969. El tramo aparecido corresponde con el trazado original entre Puerta de Moros y Puerta Cerrada. Se trata de cuatro metros de lienzo de murallas, junto con un torreón en una longitud de dos metros. Dado que la modificación y alteración de la topografía de la zona impide una lectura visual adecuada, se ejecutaron trabajos de excavación de carácter arqueológico para definir niveles y características constructivas. La muralla se asienta sobre escombros con presencia de materiales y cerámica (ollas y ataifores) exclusivamente de época islámica; lo cual hace pensar que hasta el siglo XV no hubo edificaciones y que fue un espacio abierto, pero cercado, destinado a diversos fines, posiblemente para el cuidado del ganado. Este tipo de espacio abierto todavía hoy se puede apreciar en las murallas de Ávila.

 

Muralla cristiana calle Almendro 3

 

Características de la intervención

El solar de la calle Almendro 3, se está utilizando de manera colaborativa entre un grupo vecinal y la Junta Municipal de Centro.  El uso que se le está dando es el de jardín lúdico, con preferencia infantil. El espacio quiere convertirse en un lugar de gestión mixta entre las AMPAS de los colegios cercanos, las asociaciones de vecinos del barrio y el Ayuntamiento.

Se derribó el muro de ladrillo que daba a la calle Almendro, conservando el tramo más cercano al solar de Almendro 5, compuesto de sillares recolocados de la Muralla. 16,5 x 2,5 metros. Se colocó una valla metálica reutilizada del antiguo Mercado temporal de Barceló, formada por tubos de acero galvanizado sobre pletina metálica en la parte inferior en la que se localizan los anclajes.

Se restauró y limpió el muro, Cava Baja 22, tanto por su cara exterior como por su cara interior. Hacia el exterior, dejando un acabado enfoscado. Hacia el interior se eliminaron los enfoscados en malas condiciones y las partes del muro que podían desprenderse. También se aplicó una pintura en la cara exterior del muro, según diseño de los vecinos.

Se preparó el suelo del solar para facilitar su uso de jardín y mantener su valor permeable y natural pero mejorando el sustrato con aporte de tierra vegetal en la superficie del 70% del solar, con un reparto de la tierra a través de explanadas y zonas elevadas (montañas), con pasarela de madera en zonas de tránsito continuado. Para las entradas y zonas estanciales se utilizó adoquín de baldosa hidráulica.

Un adoquín especial fue colocado en la zona que indica el paso de la muralla cristiana a modo de huella en el solar. El perfil adoquinado marca la silueta y el recorrido de la parte de la muralla conservada en este lugar.

También se sembraron plantas de jardinería en diferentes espacios del solar, acondicionando las especies a las diferentes condiciones del espacio. Plantas aromáticas, trepadoras y ornamentales según criterio definido por vecinos y niños en talleres. Para ello se realizaron  jornadas de plantación y semillas con los vecinos.

Se desarrolló un mínimo mobiliario urbano que permite el mejor uso del espacio, utilizando criterios de reutilización y reciclaje. Se produjeron bancos a medida en distintos puntos del espacio, para permitir el descanso y la reunión. Además se construyó una estructura de sombra, espacio lúdico infantil, que se relacione con el lenguaje de la estructura existente de grada.

Para poder difundir la historia de la muralla cristina, cuyo recorrido atraviesa el solar,  se instaló un panel con la historia de la misma con un lenguaje claro y accesible. 

Periodo de ejecución: Octubre/Diciembre 2016.

Presupuesto: 48.686 .

 

Muralla cristiana calle Almendro 3

 

 

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