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Madrid Río

Madrid no es una ciudad fluvial, a pesar de que el río Manzanares la atraviesa de noroeste a sureste. Sin embargo, tampoco se ha desarrollado del todo a sus espaldas, porque el cauce siempre supuso el lado agreste y el contrapunto paisajístico a la cornisa urbana, la silueta monumental de la capital. Hace tiempo que el crecimiento de Madrid desbordó los límites del Manzanares. Con el desarrollismo sus riberas se transformaron en vías de comunicación e hicieron de su entorno un espacio marginal y residual, alejado del sentir de la ciudad. La construcción a partir de 1970 de la circunvalación M-30 supuso la definitiva brecha entre la ciudad y su aprendiz de río.

La cuenca del Manzanares constituye un entorno histórico, monumental y paisajístico para Madrid. En él se dan cita monumentos, edificios singulares y unos valores naturales definidos por el propio río y la forma de valle suave de sus riberas; de tal suerte que configuran un paisaje en equilibrio entre la mano del hombre y la naturaleza. De todos esos componentes los más representativos, tal vez, sean sus puentes, en particular los del Rey, Segovia y Toledo, imagen y emblema del Manzanares y de Madrid mismo. Otras construcciones únicas recaen o asoman al río, como el Palacio Real, la ermita de la Virgen del Puerto, la casa de los Vargas en la Casa de Campo, la Sacramental de San Isidro, el Centro de Estudios Hidrográficos, la basílica de San Francisco el Grande o el antiguo Matadero, ahora centro de arte. Cabe añadir parques y jardines, como los de Arganzuela o Manzanares Sur, además de sitios históricos como el Campo del Moro o la Casa de Campo.

Entre 2004 y 2007 se llevó a cabo el soterramiento de seis kilómetros de la circunvalación en el tramo que discurría paralelo al Manzanares. El ambicioso proyecto tenía como fin eliminar la barrera circulatoria, visual y acústica que la autopista suponía, para poder devolver a la ciudadanía el lugar que ocupaba. Se liberaron 120 hectáreas para espacio público, superficie similar a la del Retiro, 50 de ellas sobre túneles. Para su tratamiento paisajístico se creó el Plan Especial Río Manzanares y se convocó un concurso internacional de ideas, del que resultó ganador el proyecto presentado por el estudio Burgos y Garrido. Se incorporaron otros colaboradores y juntos formaron el grupo MRIO arquitectos asociados. Más adelante se uniría también el estudio de paisajismo holandés West 8. Los objetivos del concurso y del proyecto ganador han sido múltiples y han ido más allá del mero tratamiento jardinero de la superficie recobrada. Entre otros, se ha buscado la recuperación del antiguo espacio degradado para dar a la ciudad un nuevo sentido visual y paisajístico, al tiempo que se recuperaban los valores patrimoniales del cauce. Cabe mencionar también la intención de vincular antiguas áreas inconexas de la ciudad, para las que el río suponía una barrera física, a través de un gran corredor verde que enlaza a escala territorial los paisajes de dehesa de El Pardo con los secos del Jarama. En particular, Madrid Río ha permitido recuperar y restituir el tramo más monumental del Manzanares, el comprendido entre los puentes del Rey y de Segovia, con la incorporación a la ciudad de la, antes segregada, Casa de Campo, asociación que ya estableció Felipe II cuando compró la finca de los Vargas como posesión real.
La ejecución del proyecto Madrid Río quedó concluida en abril de 2011 y supuso la plantación de más de 33.000 árboles en un nuevo parque lineal que vértebra la ciudad, conectando espacios verdes, jardines históricos y lugares destacados que resultan ahora más próximos y accesibles. Las obras fueron promovidas desde la Coordinación de Proyectos Singulares del Área de Gobierno de Urbanismo y Vivienda del Ayuntamiento.

Con Madrid Río se han instalado nuevos monumentos cuyo fin ha sido, en unos casos, el de ornar y significar un entorno al que se le venía dando la espalda y, en otros, el de poner en valor elementos preexistentes, restaurados en su mayoría y señalizados con nuevos paneles y placas informativas. De los monumentos incorporados al entorno del Manzanares, destacan los puentes y pasarelas, todos ellos ciclistas y peatonales, que pretenden hacer más permeable y fluido el tránsito entre ambas riberas, hacer de miradores desde donde observar el discurrir del agua y ser objetos de atracción en sí mismos. Los nuevos puentes de Arganzuela, Principado de Andorra, Invernadero y Matadero procuran con un lenguaje actual equipararse en rango e importancia a los puentes históricos. Una serie de pasarelas sutiles y funcionales, de lenguaje más callado, van a su vez jalonando el río y acompañan a las antiguas presas y represas, responsables de acrecentar y regular su cauce. Con las nuevas incorporaciones son en total 33 los nuevos pasos entre ambas orillas que pretenden evitar el tradicional aislamiento de algunas zonas de la capital. Se encuentran asimismo las fuentes, imprescindibles en todo espacio ajardinado y siempre asociadas a lugares recreativos y de esparcimiento, que se reparten a lo largo de todo el trayecto, tanto con fines ornamentales, como para aliviar la sed y proporcionar frescor en días calurosos. Por último, numerosas lápidas y placas conmemorativas e informativas señalan edificios singulares, como el Matadero o indican acontecimientos como la celebración de la victoria del Mundial de Futbol del 2010. Como complemento, cabría añadir una sucesión de elementos de acompañamiento de menor trascendencia, pero que han requerido un tratamiento y diseño específicos dentro de la Madrid-Río, como han sido el mobiliario urbano, señalética, pabellones, juegos infantiles o una serie de miradores que ofrecen nuevas e insospechadas vistas de Madrid.

La presente monografía forma parte de la serie que sobre patrimonio histórico viene realizando el Ayuntamiento de Madrid. Se trata ésta de una recopilación de los monumentos más destacados del entorno del Manzanares, tanto los históricos como los de más reciente creación a propósito de la operación Madrid Río. Se equiparan así las nuevas aportaciones con aquellas que forman el poso patrimonial del cauce, con el fin de que ambas queden integradas y en permanente diálogo. Los monumentos aquí reseñados forman parte de la compilación de monumentos que el Área de las Artes viene documentando a través de la página web monumentamadrid.com. De las categorías en las que se clasifican dichos monumentos, se puede decir que a lo largo de la vertiente del Manzanares están presentes la mayor parte de las mismas: estatuas, grupos escultóricos, elementos de ornamentación, puentes, fuentes y láminas de agua, y lápidas informativas y conmemorativas. Con esta monografía el Área de las Artes busca divulgar y difundir el repertorio monumental de Madrid, tanto de sus piezas históricas, como de aquellas que se van incorporando a su rico y variado patrimonio.

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