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Palomeras

OBRA PLÁSTICA Y PAISAJE EN EL ESPACIO PÚBLICO

La transformación ambiental que se ha ido realizando en Madrid desde hace años, ha sido posible, en parte, debido a la mejora de los espacios urbanos vinculados a promociones públicas de vivienda social. Ejemplo pionero de ello es el conjunto de PALOMERAS BAJAS en Vallecas, barrio periférico de la capital que fue objeto de remodelación entre los años 1979 y 1987, promovido por el Instituto de la Vivienda de Madrid -IVIMA-.

El Poblado Mínimo de Vallecas se hallaba situado en el corazón de Palomeras Bajas, formando parte del área general infravivienda de Palomeras.

Es en este contexto donde se plantea y desarrolla la idea de dotar al barrio resultante de un marco urbano singular, basándose en incorporar a la realización de la urbanización usual, un ajardinamiento potenciado por realizaciones plásticas, que creen un entorno que sirva de un marco más adecuado para la convivencia y restablecimiento de unas relaciones vecinales adecuadas a los nuevos modos de vida.

Para ello el equipo de arquitectos Mariano Calle , José Manuel Pazos, Jaime Alvear y Álvaro Peña, se apoyaron en la entonces recién promulgada legislación sobre el 1% cultural (RD 2838/ 1978) que indicaba la posibilidad de destinar a la realización de "trabajos artísticos", el 1% del presupuesto de toda la obra pública financiada por el Estado. La actividad artística se financió pues con un presupuesto modesto, 5 millones de pesetas para la primera fase y 11 para la segunda, por lo que habría que señalar el trabajo prácticamente desinteresado de los artistas colaboradores.

En la primera Fase, se construyó un bloque de viviendas de 13 plantas donde se integraron dos obras escultóricas en el soportal del edificio, una de Javier Aleixandre, y otra de Jesús Valverde.

En la segunda Fase, se terminaron los espacios de uso público, la plaza, la plaza-jardín y el recinto peatonal. En estos espacios se integraron diferentes elementos artísticos, esculturas, mosaicos y pavimentación que hicieron que el conjunto urbano se articulara con las viviendas en búsqueda de una mayor convivencia de las formas plásticas con los ciudadanos. Para ello los arquitectos contaron con la colaboración de la paisajista Sylvia Decorde y del escultor valenciano Javier Aleixandre, que coordinó la intervención de diversos artistas (escultores, ceramistas, paisajistas y pintores), que actuaron con absoluta libertad temática y creativa. Entre ellos destacan los nombres de Juan Bordes, Arcadio Blasco, Jesús Valverde y Joaquín Rubio Camín.

Todo el conjunto da como resultado la articulación de los bloques de viviendas con los espacios libres, lográndose unos itinerarios donde la valoración de las formas plásticas se ve potenciada por el cuidadoso diseño de ese ámbito urbano.

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